Pero sus orígenes se remontan a civilizaciones
con aún mayor solera que, como los macedonios, los griegos, los
antiguos egipcios con sus indescifrables jeroglíficos, e incluso
los hombres de las cavernas con sus celebradas y tan visitadas pinturas
rupestres, utilizaban las paredes de tumbas, viviendas y edificios en
general para satisfacer a conciencia uno de los más ancestrales
instintos del hombre: el de comunicarse.
Es a finales de la década de los 60, cuando los concienciados activistas políticos y los no tan concienciados miembros de las "gangs", hacen suyo este primitivo método de comunicación. Los primeros, para hacer públicas sus protestas, y para marcar el territorio los segundos.
Destino: South Bronx
Así fué como la New York Transit System, y más concretamente los vagones de los trenes de metro se convirtieron en el elemento unificador del graffiti, e hicieron que algo que para mucha gente sólo eran garabatos o marcas de las "gangs", se convirtiera a través del "writing" en algo muy diferente. El "tag" en la cumbre Esta técnica, a su vez impulsada por el afán competitivo de los "writers" y su deseo de ganar mayor popularidad y respeto, llega a una complejidad estilística tal, que las letras empiezan incluso a ser difíciles de entender, culminando así en lo que es la forma más notable del graffiti del Bronx, el "wildstyle". Con el último aliento de la década de los 70, el "writing" alcanza sus cotas más altas con la incorporación de imágenes de la iconografía popular tales como personajes de comic o de dibujos animados, e incluso en muchos casos de autorretratos en forma de caricatura. Con ellas, aparecen en escena las complejas "pieces" o "masterpieces", que además de servir para distinguir a los grandes maestros de los principiantes, se generalizan y amplían su tamaño hasta llegar a ocupar vagones de metro enteros. La comunidad del "writing" arde de expresividad y ello lleva a una competitividad feroz que se traduce en el auge de las guerras (no violentas) de style. Así como de las alianzas entre "writers" y "crews" (grupos de writers que trabajan en equipo), para conseguir el respeto de los demás rivales y compañeros. Boicot al graffiti La Metropolitan Transit Authority (MTA) de New York comienza su encarnizada batalla contra el graffiti. A la criatura los "writers" la bautizan acertadamente con el nombre de "buff", y sus métodos restrictivos tales como instalar nuevas vallas más sofisticadas en las cocheras de los vagones de metro, o recubrir los vagones con pintura resistente, dan al "writing" el primer empujón hacia la cuesta abajo. Un gran número de artistas busca desesperadamente nuevas alternativas, y algunos de ellos cruzan el charco para dar a conocer la hasta entonces semi-oculta filosofía y actitud de la juventud neoyorquina, con lo que el nuevo arte se extiende rapidamente por el viejo continente. Son tiempos duros para cualquiera de las expresiones de la "street-culture". Aparece un nuevo personaje en la película, y además está en el bando de los "malos", el "crack" que se adueña de la Gran Manzana, y en una nueva vuelta de tuerca del guión, no viene sólo. Le acompañan las armas de fuego que aparecen hasta debajo de las piedras, y todavía enrarece más el aire que se respira en las calles. Por si no hubiera bastantes elementos conspirando contra la comunidad del graffiti, se promulgan leyes restringiendo la venta de pintura a los jóvenes, se obliga a los vendedores de pintura a tener guardados los sprays bajo llave, y se endurecen las penas contra los writers. La consecuencia más inmediata de esta larga suma de elementos disuasorios, es la escasez de "lienzos" para los artistas, lo que les hace más territoriales y agresivos, hasta el punto de que presentarse en las cocheras del metro desarmado, se convierte en una empresa solo accesible para "lumbreras" como Rambo. El arte nómada Así pues, de momento la película tiene un final feliz, y muchos "writers" incluso han empezado a ganar dinero con su talento. Si bien esto último, unido a la cada vez más asidua "legalidad" de muchos de las "pieces" y la consiguiente pérdida que ello conlleva del aura transgresora de este arte de la calle, empaña en cierta manera esa aparente felicidad para la facción más romántica y purista del "writing". Filosofía del graffiti La principal de las razones que ponen en marcha a la mayoría de estos artistas urbanos, no es otra que la necesidad tan común a cualquier tipo de arte, de expresar y comunicar a los demás el propio mensaje, unida a la muy extendida entre los componentes de la raza humana, la búsqueda de la fama. Precisamente esta búsqueda de fama y de reconocimiento entre la comunidad del graffiti, es el motivo que explica la proliferación de los "tags" y "throw-ups" (realizados para conseguir atención para sus trabajos más grandes llamados "piezas"), y el hecho de que se hagan en sitios como trenes y autopistas, en los que pueda verlos el mayor número de gente posible. De igual manera que la frecuencia de los trabajos es una forma de ganar respeto entre los demás 'Writers", la creatividad en el estilo a la hora de realizarlos es además otro factor importante a la hora de labrarse una reputación entre aquellos.
Hay que señalar que lejos de ser un arte eminentemente individual, gran parte de los "writers" trabajan en equipo en lo que en el argot se conoce con el nombre de "crews". Estas "crews" se rigen por unos principios aproximados a los de cualquier otro club secreto, pero no exigen ninguna iniciación especial para ingresar en sus filas, sino que un "writer" es admitido en ellas en base a su destreza, al considerar que su participación puede ser beneficiosa para el resto del grupo. Además de establecer que el graffiti es un arte multicultural y no sexista, las "crews" se rigen por un desarrollado sentido del honor y del respeto, que establece que una pieza de otro "writer" no puede ser borrada hasta que la pintura empieza a deteriorarse, y que no se debe utilizar el nombre de otro artista para firmar el propio trabajo. Incurrir en cualquiera de estas dos faltas, se considera una imperdonable falta de respeto hacia el otro, y puede suponer la inmediata expulsión de la "crew". La competencia que existe entre las diferentes "crew" es enorme, pero siempre entendida desde una perspectiva de honorabilidad y respeto. Aunque el graffiti desde el mismo momento de su gestación, nace como un arte ilegal por estar realizado en propiedades privadas y sin permiso, el verdadero "writer" no es un criminal, ni distribuye drogas, ni pertenece a ninguna "gang", y pese a los peligros en forma de fuertes multas y cortas sentencias de encarcelamiento que amenaza la realización de las grandes piezas, continuan fieles a la llamada del arte y a la necesidad de expresarse. La mayoría de estos "writers" son además artistas de gran integridad que no están en ello por dinero, razón por la que muchos de ellos se niegan a la explotación comercial de su trabajo, e incluso los más puristas se niegan a pintar en las cada vez más extendidas paredes "legales". Para terminar, señalar que el graffiti es un arte
temporal ya que las piezas tienen una vida limitada (lo que tarda alguien
en borrarlas, o lo que tarda en empezar a deteriorarse la pintura), y
este carácter provisional es el que lleva a los "writers"
a intentar perpetuarlo por medio de fotos de sus trabajos, y también
el principal motivo que ha llevado a la actual proliferación de
revistas tanto impresas como on-line sobre este peculiar arte urbano.
Por Mad Max 19-09-2003
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